Bye bye Mª Carmen
Esta semana me toca escribir, tenía un post preparado, pero una noticia ha hecho que replantee mis palabras… Una de mis compañeras, Mª Carmen, mi 50% en el mundo online de Legis se despide.
Me lo dijo el lunes.
Yo volvía de vacaciones.
Tenía sentimientos opuestos al mismo tiempo.
Alegría. Solo quieres que les pasen cosas buenas a las personas que aprecias.
Tristeza. Egoístamente, no quiero que las cosas cambien. No quiero dejar de almorzar, comer, reír hasta que me duelan los mofletes…
Una nueva etapa.
Estoy, no, estamos, (no lo he preguntado pero estoy segura que no hay nadie en la oficina que piense diferente), que le va ir genial. Ella es fuerte.
Pensaréis que es lo típico:
Mucho ánimo!
Mucha suerte!
Seguro que te va bien!
Pues no.
Evidentemente quiero que le vaya bien y que tenga suerte, pero es que estoy tan segura de que no la necesita… de que ella sale a buscarla y no espera a que le caiga del cielo.
Lo único que le quiero decir es que me acuerdo de la primera vez que la vi.
Empezó un verano a hacer las prácticas de la carrera.
Estaba tan niña… tan contenta, con ganas de aprender de todo y de todos.
Encajó como una pieza más de nuestro puzzle.
Y así pasaron los años, hasta este lunes, cuando me dieron una buena y una no tan buena noticia.
Tenemos tantos recuerdos, unos muy bonitos, otros… otros para olvidar.
Me encanta que tengamos la confianza suficiente como para mandarnos lo más lejos posible, allí, al quinto pino y que ninguna nos ofendamos.
Este post no es homenaje, es un grito al cielo por esas compis que pasen los años que pasen siempre estarán en nuestros recuerdos, quiero decir que existen esos momentos únicos que te acercan o alejan y esos ratos no pasan de largo, perduran.
Ahora mismo mis sentimientos están empezando a cambiar conforme escribo.
Enfado. Así me siento…
Que si… que un clavo saca otro clavo, que el mar está lleno de peces y que hay mas días que longanizas pero es que Mari Carmen de Legis solo hay una…
En fin, nunca llueve a gusto de todos, y cuando lo hace, tienes que dejarla caer.
Me quedo con esa reflexión, sabiendo que no estará aquí, que no comerá mas conmigo ni con ninguna de nosotras pero que es FELIZ.
Mucha mierda en tu nueva vida Mª Carmen.
Ana María García Verdú